REDES SOCIALES
Las Redes Sociales son un invento estupendo, y no tienen
porque generarnos problemas respetamos una serie de cuestiones
básicas relativas a la seguridad y al respeto.
En primer lugar, cuando una persona decide entrar a
formar parte de
una red social puede
encontrarse con diversas situaciones conflictivas:
a) Para poder acceder a la red, es
necesario aceptar las condiciones de uso de la página y la política
de privacidad de la misma. Esta información no siempre es
directamente visible, y resulta necesario descargársela para poder
acceder a ella. Sin embargo, es posible aceptarla señalando la
opción de “acepto” sin necesidad de leerla. Esto es algo muy
frecuente y puede suponer un riesgo porque, al aceptar esas
condiciones, estamos dando nuestro consentimiento al administrador
de la página para que disponga de nuestros datos y nuestras
imágenes.
b) En muchos formularios de
registro se solicitan excesivos datos de carácter personal, como
por ejemplo las creencias religiosas, la ideología política, la
orientación sexual… Normalmente estos datos no se solicitan como
“imprescindibles”, y NO debemos facilitarlos.
- c) En general, al darse de alta en
una red social, el usuario decide que personas pueden acceder a su
perfil y ver sus datos personales. Por definición, muchas de estas
páginas definen los perfiles como abiertos, es decir, accesibles a
cualquier otro usuario de la Red. Debemos utilizar SIEMPRE un perfil
privado para relacionarnos en una red social.
Después de
entrar a formar parte de la Red nos podemos encontrar con nuevas
situaciones:
- a) Los usuarios de
las redes sociales utilizan estos espacios para compartir
información: comentarios de experiencias personales,
fotografías, vídeos… En muchas ocasiones toda esa información
puede ser excesiva, y puede suponer un riesgo si llega a ser
conocida por terceras personas malintencionadas. NO debemos
facilitar datos nuestros que permitan nuestra localización u
obtener información sobre nuestra familia o colegio.
- b) Muchos motores de
búsqueda, como por ejemplo Google o Yahho, indexan los contenidos.
Es decir, la información que subimos a nuestro perfil de una red
social, puede asociarse a nuestro nombre de forma que, simplemente
introduciendo este dato en un buscador, encontremos asociados datos
personales nuestros, fotografías o el acceso directo a nuestro
perfil. Esto no sucede así en todas las redes sociales, y algunas
como TUENTI no idexan sus contenidos en los buscadores para evitar
con éxito esta situación.
- c) Un gran
número de páginas requieren la instalación de cookies para poder
funcionar. Estos dispositivos, instalados en el disco duro del
usuario, recogen información sobre los sitios Web que se visitan.
El objetivo es que el servidor que aloja un cookie en un ordenador
personal, pueda obtener información sobre los gustos y
preferencias del usuario para personalizar el contenido de su
página y mostrarlo acorde a éstos, cada vez que se accede a ella.
- d) Cuando colgamos un
dato en muchas páginas de Internet estamos cediéndole los
derechos de propiedad intelectual. Es decir, si por ejemplo
decidimos subir una foto personal a nuestro perfil en una red
social, es posible que esa foto deje de pertenecernos sólo a
nosotros y a partir de ese momento los derechos sean compartidos
con la entidad que la aloja, que puede emplearla para diversos
fines.
- Una de las mayores preocupaciones que también surgen,
respecto al uso que los menores hacen de las redes sociales, es la
posibilidad de que sean víctimas de algún tipo de acoso.
Actualmente, cuando hablamos de acoso a través de la red, en
función de los protagonistas de la situación, podemos diferenciar
dos tipos de acoso: ciberbullying y grooming. El ciberbullying o
acoso escolar a través de Internet es un problema que se produce
entre iguales, o en ocasiones de alumnos hacia profesores, mientras
que en el grooming o acoso sexual a través de Internet es un adulto
el que actúa contra un menor con un fin sexual. Ambos problemas no
son nuevos y no surgen con las redes sociales, pero las
investigaciones demuestran que con ellas han aumentado en frecuencia
e intensidad. El anonimato, la rapidez y la sensación de inhibición
que proporcionan las comunicaciones a través de las redes sociales,
han contribuido al agravamiento de este tipo de problemas.
Después de haber participado en una red social, cuando el
usuario se plantea dejar de pertenecer a ella puede surgir una nueva
dificultad: El riesgo principal en ese momento es la imposibilidad
de llevar a cabo bajas efectivas. Auque el perfil esté cerrado y no
se pueda acceder a él, los datos de registro siguen estando a
disposición de los responsables de la red social.